jueves, 6 de febrero de 2020

EVALUACIÓN INICIAL, FORMATIVA Y FINAL. RÚBRICAS

Hoy toca hacer una entrada nueva y, en este caso, esta va dedicada al tema de la Evaluación. Evaluar no es tarea fácil. Evaluar es proponer cambios, ayudar a que cada alumno crezca en el convencimiento de lo que puede hacer y de lo que puede aprender. En base a este concepto de evaluación, que en nada tiene que ver con la idea a priori, trataré de diseñar una evaluación formativa para la actividad de mediación The Power of Words. Sin embargo, se plantea un pequeño problema. ¿Cuál? Sencillo, ¿qué es una evaluación formativa? «La evaluación formativa es un proceso continuo de acopio de información sobre el alcance del aprendizaje, así como sobre los puntos fuertes y débiles, que el profesor puede introducir en su planificación del curso y en la retroalimentación efectiva que da a los alumnos. La evaluación formativa se utiliza a menudo en un sentido amplio para incluir información no cuantificable proveniente de cuestionarios y consultas. La cualidad que tiene la evaluación formativa es que pretende mejorar el aprendizaje; su debilidad, sin embargo, es inherente a la idea misma de la retroalimentación. La retroalimentación sólo funciona si el receptor está en situación de fijarse, es decir, está atento, motivado y acostumbrado a la forma en que llega la información; de recibir, es decir, no está inundado de información y tiene una forma de registrarla, organizarla y personalizarla; de interpretar, es decir, tiene suficientes conocimientos previos y es suficientemente consciente para comprender el asunto cuestionado, y de integrar la información, es decir, tiene tiempo, orientación y recursos adecuados para reflexionar, integrar y, de este modo, recordar la información nueva. Esto supone cierta capacidad de dirigirse a uno mismo, lo que requiere la preparación para conseguir tal dirección autónoma, el control del propio aprendizaje y el desarrollo de formas de actuar según la retroalimentación recibida. Esta preparación o formación del alumno, esto es, la toma de conciencia, se ha venido denominando «evaluación formativa». Se puede utilizar una variedad de técnicas que ayudan a prepararse para la toma de conciencia; un principio básico consiste en comparar la impresión (por ejemplo, lo que dice que sabe hacer de una lista) con la realidad (por ejemplo, escuchar realmente el material del tipo mencionado que aparece en la lista de control y comprobar si lo entiende de verdad).Otra técnica importante es analizar muestras de trabajo –tanto ejemplos neutros como muestras provenientes de alumnos– y fomentar en los alumnos el desarrollo de un metalenguaje personalizado sobre el nivel de calidad deseable; en ese caso, pueden utilizar este metalenguaje para hacer un seguimiento de su trabajo en busca de puntos fuertes y débiles y formular un contrato de aprendizaje autodirigido.» (Centro Virtual Cervantes. MCER. pág. 184). Vale. Todo esto suena muy bien, pero ¿cómo lo llevo adelante? Piensa bien la respuesta. Ya lo pensaré... Quiero que te pongas a resolverlo ya mismo. Después.

Entre los rasgos más distintivos de nuestra sociedad se encuentran la movilidad transnacional, la globalización y el contacto con personas de otras culturas, por lo que el desarrollo del plurilingüismo y de la competencia intercultural se han convertido en objetivos educativos prioritarios para las autoridades educativas europeas y nacionales. La competencia pluricultural tiene un papel fundamental en la comunicación, y el conocimiento de una lengua extranjera es una habilidad necesaria pero no suficiente para poder interactuar adecuadamente con personas de otras culturas. Por eso el aula de lengua extranjera debe convertirse también en un vehículo para entender las visiones del mundo de quienes proceden de otras culturas, para desarrollar la adaptabilidad y la empatía del alumnado, y para lograr que así esté más preparado para integrarse en una sociedad cada vez más globalizada. La mediación, un concepto enraizado en la teoría del aprendizaje sociocultural, considera la interacción social como una piedra angular fundamental en el desarrollo de la cognición. En el contexto del aprendizaje de idiomas las interacciones sociales pueden beneficiarse del efecto cohesionador de la música, y a que la incorporación al aula de material musical puede conllevar una serie de beneficios en términos de expresión socioemocional, al crear una atmósfera de aula relajada y segura. La mediación, considerada como un cambio de paradigma, encabezado por el Volumen Complementario al Marco Común Europeo de Referencia (MCER/CV), en el aprendizaje de lenguas extranjeras, puede proporcionar un entorno donde los alumnos maximicen su inteligencia emocional. Además, creo que el desarrollo de la competencia pluricultural es un aprendizaje que debe producirse a lo largo de la vida y que debe ser intencionalmente dirigido, porque conlleva la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes que no aparecen espontáneamente. Una experiencia mediada de aprendizaje de idiomas basada en materiales musicales, dirigida a desarrollar las competencias interpersonales y de colaboración de los estudiantes favorece su papel como miembros activos de una sociedad más inclusiva. 


No queda más remedio, llegó la hora de diseñar la evaluación formativa para la actividad de mediación The Power of Words. Lo primero, establecer un entorno de aprendizaje distendido a fin de que los alumnos puedan sentirse relajados y seguros para poder participar activamente en la dinámica del aula sin ningún tipo de coacción o presión. Es muy importante reducir la ansiedad y fortalecer la autoestima. Los/as profesores/as que siguen un currículo abierto e incorporan las aportaciones de los alumnos al programa de clase consiguen mejores resultados que los que ofrecen un currículo cerrado y se limitan a enseñar lo que creen que es fundamental. Hacer sentir al estudiante copartícipe del proceso formativo a fin de que se convierta realmente en el verdadero protagonista de su proceso de aprendizaje, dejando de ser un usuario pasivo o mero receptor de información. Esta creencia refuerza, sin duda, el valor del principio educativo consistente en adaptar o adecuar la enseñanza a las necesidades, intereses y preferencias reales de aprendizaje de los estudiantes. Ciertamente se ha de intentar satisfacer en la medida de lo posible sus necesidades, demandas y expectativas de aprendizaje lingüístico. Por tanto, resulta aconsejable realizar inicialmente un análisis de necesidades para poder averiguar sus intereses y expectativas de aprendizaje que han de acoplarse razonablemente a la programación docente. En tal caso, los contenidos han de ser lo más llamativos posibles, resultando cercanos, familiares, atractivos e interesantes para el alumnado, lo cual asegurará su implicación y participación activa en la dinámica del aula. Ahora bien, ¿cómo obtengo evidencia de que el aprendizaje está teniendo lugar? Podemos utilizar como evaluación formativa la estrategia de autoevaluación que se conoce como Two Stars and a Wish. Aparte de servirnos de autoevaluación, otro uso puede ser que los alumnos nos digan dos cosas que les han gustado de la actividad de mediación y un deseo, algo que quieren cambiar o que quieren incluir. Se puede administrar de varias maneras: 1) Revisar el trabajo de uno de los alumnos, de forma anónima, y pedir a todos los alumnos que aporten comentarios; 2) Dividir la clase en parejas y pedirles que revisen el trabajo de otra pareja; 3) Pedir a cada alumno que evalúe su propio trabajo. ¿De qué forma proporcionamos retroalimentación? En relación a este punto, considero de mucha importancia la incorporación de la retroalimentación como herramienta en la práctica de evaluación. La retroalimentación es el feedback que se le da al estudiante en relación a su tarea realizada. 
La retroalimentación es una información importante para el estudiante porque le permite comprender, en qué falló, y cómo corregirlo. Le permite darse cuenta si estaba comprendiendo bien la actividad de mediación o no. Y si no lo estuviera comprendiendo, tener la posibilidad de volver a re pensarlo. De esta manera el rol del docente toma el lugar de guía que le corresponde: orientar al estudiante para que pueda asimilar el conocimiento.  Hay diferentes formas para dar retroalimentación a los alumnos. Se pueden efectuar marcas sobre los errores y corregirlos; efectuar marcas y escribir comentarios; efectuar marcas y sugerir mejoras; efectuar marcas y dialogar sobre ellas con los estudiantes. También se pueden hacer preguntas que dejen pensando al estudiante. No siempre necesitamos decir cómo hacer las cosas, muchas veces una buena retroalimentación es una buena pregunta. ¿Y la coevaluación? La evaluación realizada por el profesor es importante, pero no es ni puede ser la única. La evaluación está destinada a regular el aprendizaje, es decir, a solucionar problemas y ayudar en las dificultades. En este sentido, los compañeros y compañeras serán buenos aliados para el aprendizaje si se dan las condiciones adecuadas de trabajo cooperativo. ¿Cómo conseguimos que cada alumno sea responsable de su aprendizaje? En este sentido, la tarea del docente consiste en facilitar los mecanismos para que los estudiantes se puedan autoevaluar eficazmente. El diario de aprendizaje, las rúbricas y el portafolio son herramientas útiles tanto para los estudiantes como para el profesor. Además, el uso de cuestionarios que guíen la reflexión puede ayudar al estudiante con menos experiencia. La música como mediador plurilingüe y pluricultural permite a los alumnos hablar de sentimientos, igualdad de género y crítica social. Para terminar, necesitamos una herramienta para utilizar en la evaluación formativa para la actividad de mediación. Considero que la herramienta idónea es Fluency Tutor

Es gratificante soñar con el día que pueda llevar a la práctica todos los conocimientos adquiridos en el Máster y, en particular, en la Didáctica de la Enseñanza de Lenguas Extranjeras. Espero con ansiedad vuestros comentarios. Sed buenos y benéficos. 



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